Opinión personal:
Operación
Masacre es el resultado de lo que Walsh reconstruyó a partir de los testimonios
y pruebas que pudo recopilar los hechos que culminaron en el fusilamiento
ilegal de civiles inocentes en 1956 a manos de las fuerzas de seguridad durante
el periodo de la “Revolución Libertadora”. Con esta obra, el escritor argentino
daría forma a lo que más tarde se llamaría nuevo periodismo llamado “No
Ficción”, 9 años antes de que Truman Capote publicase
"A sangre fría", aunque finalmente el mérito se lo llevase él. Una
paradoja: Capote escribió un libro que se convirtió en un éxito de ventas, y
Walsh fue liquidado y su cadáver arrojado no se sabe dónde. Es aquí cuando se
ven las diferencias entre un mundo y otro.
Su
obra constituye una pieza fundamental para entender el desarrollo del
periodismo y la literatura, ambos unidos en una sola cosa. Constituye la
muestra de que ante la opresión, una voz se levanta entre la multitud y clama
por la justicia. Una chispa de esperanza y rebeldía en el oscuro mundo sin luz.
La ventana a una realidad abominable, la plasmación de un mundo injusto, de un
dolor que no recibe alivio. La antítesis de un cuento de hadas. Nos enseña la realidad contada desde un lugar
de compromiso, tanto con la literatura como con lo social, a veces un se olvida
de que lo que se cuenta es una hecho real pero rápidamente vuelve en si cuando
piensa en su autor porque su figura encierra la de un hombre con un compromiso
con la justicia como pocos. No sé si Operación Masacre seria lo que es si lo
hubiese escrito otra persona, con características diferentes, en un contexto
diferente, sin ese espíritu de involucrarse y esa sed de justicia que tenia
Walsh.
En
lugares donde el poder es despótico, sin misericordia con aquellos que se
atreven a levantar la mirada y sostenerla. Es entonces cuando la misión de
informar es casi épica; cuando
el precio puede ser la vida. Periodistas como Rodolfo Walsh dan credibilidad a estas
ideas, este escritor puso al descubierto los abusos cometidos por los sucesivos
regímenes dictatoriales que asolaron Argentina durante décadas, en libros como
"¿Quién mato a Rosendo?" o "Caso Satanowsky". Además él se
integraría también en los distintos movimientos de resistencia que combatían a
las dictaduras, siempre se consideró un revolucionario antes que un periodista.
Murió el 25 de marzo de 1977, tras entregar su “Carta abierta de un escritor ala Junta Militar”, durante el tiroteo con unos soldados que pretendían
capturarle, bajo el yugo del régimen conocido como “Proceso de Reorganización Nacional”, al que se enfrentó como había hecho con sus predecesores.
Síntesis de la crítica de Osvaldo Bayer:
“La conciencia es su musa”, no tengo otra forma
de definir a Rodolfo Walsh. El parámetro de su vida: su conciencia. Sus mejores cualidades literarias
fueron alma y humanidad, y precisamente ésas no son las que hay que tener para
ser considerado un creador literario. Por eso Walsh se les escapa a los
críticos establecidos –los frígidos y los infibulados– que no lo pueden
encasillar, lo califican de periodista para enviarlo al depósito de mercaderías
varias. Su idioma dominaba todos los registros; le interesaba ser breve y claro
para que lo comprendiese el lector pobre de novelas policiales.
Tabú y
mito quedará para siempre Rodolfo Walsh entre nuestra sociedad argentina y sus
mandarines culturales, por un lado, y los que divagan entre la poesía, el sueño
y la justicia con sol. Walsh era un agitador, un contrabandista de la
literatura, un revolucionario latinoamericano consecuente y sin prisa. Nunca le
van a perdonar a Walsh: el hecho de haber quedado siempre joven, se les escapa
de los moldes y las escuelas. Supo ver y desnudó a toda la sociedad argentina
cuando dejó de jugar al ajedrez y se asomó a ver qué pasaba así nació Operación Masacre. En
esas pocas páginas está toda esa sociedad argentina que no dejó de gobernar
nunca.
Walsh
no se queja: demuestra. Cuando uno lee Operación Masacre puede entender muy bien el porqué de
la reacción de la juventud en los sesenta y setenta. Ahí está la raíz de la
violencia. Vendrá el
golpismo como profesión con aquellos protagonistas dignos de sainetes y
novelones de principios de siglo. Operación Masacre es el prólogo de la
tragedia que vendrá después. Aramburu y Rojas serán el prólogo de Videla y Massera. Rodolfo Walsh se convertirá de testigo
en protagonista, será asesinado a balazos, como sus personajes de José León
Suárez. Nuestra sociedad aplaude frenética a nuestros intelectuales que cumplen
ochenta años y nos han ayudado tanto a tener siempre prestos el punto final y
la obediencia debida.
Rodolfo Walsh no existe.
Es sólo un personaje de ficción. El mejor personaje de la literatura argentina.
Apenas un detective de novela policial para pobres. Que no va a morir nunca.
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